Palabras de ánimo
Ayer encontré a mi vecino Carlos en la farmacia, en tertulia con las farmacéuticas. Nos saludamos como siempre con mucho cariño.
Hace 4 años Carlos sufrió una serie de operaciones durísimas por una grave enfermedad de los nervios de las cervicales. De no operarse se habría quedado paralítico. Gracias a Dios y a la habilidad de los médicos salió adelante y ahora está prácticamente recuperado.
Explicando a las farmacéuticas lo tremendo de aquella experiencia, Carlos se volvió hacia mí y me dijo con lágrimas en los ojos lo que le había significado unas palabras de ánimo que yo le había enviado en aquel entonces.
En su tiempo no me había dado cuenta de lo que le había significado mis palabras. Pero ahora, 4 años después, me lo estaba agradeciendo conmovido hasta el punto de no poder hablar.
Esto me hizo reflexionar sobre la importancia de los refuerzos positivos nuestros y de los demás.
Darlos no nos cuesta nada, sobre todo si lo hacemos desde el corazón.